sábado, 21 de enero de 2012

El demonio de las dos caras o las dos caras de Amador (por Yecov Rojas - Educador)

Paccha es un planeta extraño, habitado por seres extraños, con nombres extraños, con poderes y habilidades que no entienden; pero todos escondidos en la mente de un humano, en el universo misterioso que se nos había ocultado: Los salvadores de Quispichix.
Amador Caballero, con un lenguaje sencillo y de fácil lectura, ha llevado la historia por parajes de sueños y ensueños, por búsquedas y descubrimientos personales, por luchas y triunfos comunes, que hacen a esos pequeños seres llamados Runas, muy cercanos a los seres llamados humanos.
Ahanash, un ser malo, que depende de otro con más poder, Lanlaku, que a su vez, tiene una personalidad dual, de bien y de mal, donde el bien termina siendo dominado por su contra par, para luego buscar destruir todo lo conocido y tener el control total de su universo.
Una profecía, un profeta milenario, una madre que lucha por su hija ―y es una fiera literalmente― pero la entrega a los designios del tiempo, otra madre ―maga poderosa― despojada de su maternidad, un niño sin estirpe y sin madre, unas niñas cuyos poderes residen precisamente en su inocencia; y todo el pueblo y todas las madres y todas las razas unidos por salvar sus mundos.
El triunfo final del bien sobre el mal, la búsqueda del poder, los pueblos que nacen se organizan, se desorganizan y se vuelven a organizar, el amor por el suelo y sus riquezas, las razas, las tradiciones y la búsqueda de la salvación, nos acerca a ese cosmos, y lo sentimos próximo y conocido y familiar, casi aquí, muy cerca, a la vuelta de Lima.

Yecov

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